lunes, 26 de octubre de 2009

Cocas se plantan afuera de la oficina de bienes comunales de Mezcala


REDACCIÓN La Jornada Jalisco

Luego de denunciar que desde el jueves pasado la oficina de bienes comunales de Mezcala fue allanada por varios sujetos con apoyo de la policía municipal de Poncitlán, los comuneros cocas mantienen un plantón de vigilancia fuera de la finca para evitar que alguien más entre en tanto arriba el Ministerio Público para levantar el parte legal correspondiente.

Los comuneros sospechan de la anterior directiva del comisariado, que fue destituida por la comunidad luego de perderle la confianza; testigos de lo que ocurrió el sábado relataron: “la gente de la directiva destituida llegó con la policía de Poncitlán, y cuando forzaron la puerta también estaba Guillermo Ibarra (particular con quien la comunidad tienen pendiente un juicio por invasión de tierras en el área conocida como El Pandillo). Sospechamos que los tres miembros del comisariado destituidos hace ya varios meses querían sacar los papeles que les involucraban en transacciones ilegales”.

La situación es tensa, pues según los testigos, cuando los comuneros llegaron a la oficina luego de enterarse del allanamiento, los municipales les impidieron el paso: “estuvimos hasta las 4:30 de la mañana porque la policía vigilaba, y no sabíamos qué querían hacer, si querían entrar otra vez. Cuando se retiraron también nos fuimos nosotros”, relató una joven mezcalense.

Desde el viernes, una comisión fue a Guadalajara para dar cuenta de lo sucedido a las autoridades agrarias; en tanto, la vigilancia en la oficina se la turnan grupos de 25 personas que, incluso si llueve, se las ingenian para no abandonar sus puestos.

“Tenemos que demostrar que no pueden acabar con nosotros así de fácil”, señaló Felipa Alvarez, La Rica, quien recordó el conflicto que la comunidad mantiene con el Ayuntamiento de Poncitlán, la Secretaría de Cultura y el INAH por las obras de reconstrucción en la isla de Mezcala.

Los comuneros también sospechan que con el allanamiento y el cambio de cerradura que se hizo en la puerta de la oficina de bienes comunales, se intenta entorpecer las denuncias que la comunidad viene haciendo de las citadas obras. “Se acerca el Bicentenario y no quieren que les molestemos”, continuó Felipa Álvarez.

Por ahora, los altoparlantes del pueblo hacen sonar la convocatoria a los comuneros para que se congreguen a las afueras de la oficina para discutir las acciones legales que emprenderán los próximos días. “Nunca había pasado algo así antes –dijo el comunero Martín Enciso– cuando una directiva salía por lo que fuera, se iba y ya está”. Sin embargo, el comunero recordó que cuando la asamblea desconoció al anterior comisariado, éste siguió entregando papeles a la gente de fuera, a pesar de que no eran legales y que ellos ya no tenían la representación de la comunidad.

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